1) Entrevista a los padres para conocer la historia del niño/adolescente - evaluado.
1.1. Información-recogida por parte de la familia.
Un componente crucial de nuestra evaluación es la información proporcionada por los padres o tutores del niño. A través de entrevistas detalladas, buscamos obtener una visión integral de la situación del menor en varios aspectos:
Características históricas del desarrollo: Bajo el proceso de la anamnesis, indagamos sobre diversos aspectos relevantes para poder contextualizar adecuadamente la situación del menor. Esta parte de la entrevista nos permite trazar un perfil completo del desarrollo histórico del niño, considerando todos los eventos y circunstancias significativas que han podido influir en su crecimiento y evolución.
Características de la personalidad del menor: Con el fin de comprender mejor la individualidad de tu hijo, exploramos su personalidad. Analizamos sus tendencias de comportamiento, sus patrones de reacción, sus preferencias y aversiones, así como cualquier otro aspecto que nos permita entender mejor cómo percibe e interactúa con el mundo a su alrededor.
Rutinas familiares: La dinámica familiar y las rutinas cotidianas pueden tener un impacto significativo en el bienestar y desarrollo de un niño. Por ello, procuramos obtener una visión clara de las rutinas y prácticas familiares, para entender mejor el entorno en el que el niño o adolescente se desenvuelve.
Modos de relacionarse: Finalmente, nos interesa conocer cómo se relaciona el menor en diversos contextos, ya sea en la familia, en la escuela o en entornos sociales. La capacidad de establecer y mantener relaciones saludables es fundamental para el desarrollo emocional y social del niño, por lo que examinamos sus habilidades sociales y su comportamiento en interacciones con otros.
1.2. Información-recogida de otros profesionales: Colegio, evaluaciones anteriores de médico y pediatra, informes neurológicos, psiquiátricos, etc.
2) Entrevista con el menor o con la persona evaluada.
3) Tests psicológicos.
Hacemos uso de pruebas estandarizadas y otras herramientas de evaluación para recopilar información relevante acorde a la demanda particular de cada caso. Estas pruebas nos permiten evaluar aspectos diversos como
3.1. áreas de funcionamiento cognitivo Evaluamos aspectos como la inteligencia cristalizada y fluida, la memoria verbal y no verbal, la atención, el razonamiento, el aprendizaje y el lenguaje, entre otros. Esta información nos ayuda a entender mejor el funcionamiento cognitivo del individuo y a identificar áreas de fortaleza y oportunidades de mejora.
3.2. gestión e inteligencia emocional Nuestro objetivo es evaluar la habilidad del individuo para manejar y expresar sus emociones de manera efectiva. Este aspecto es esencial tanto para proporcionar un diagnóstico preciso como para establecer una base sólida para cualquier intervención futura.
3.3. personalidad A través de la evaluación de la personalidad, podemos identificar áreas que pueden ser particularmente problemáticas para el individuo. La aplicación de estas pruebas es opcional, pero puede proporcionar información valiosa para orientar las intervenciones terapéuticas y anticipar posibles áreas de enfoque.
3.4. Problemas en Adolescentes Utilizamos cuestionarios especializados para apoyar las labores de orientación psicopedagógica y vocacional, detectar dificultades de adaptación y otros problemas en adolescentes. Estas herramientas son vitales para guiar las intervenciones psicopedagógicas y realizar un "screening" de potenciales problemas, permitiéndonos actuar de forma proactiva y eficaz.
4) Corrección e interpretación de toda la información recogida.
5) Elaboración del informe.